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Como el agua para la cerveza.
Esta semana, he descubierto que en invierno me convierto en una lagartija yonki, es ver un rayo de sol y allí que me planto.
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Decisiones difíciles
La semana pasada hablaba yo de la felicidad. … y, en esa búsqueda incansable, dejamos pasar los momentos que realmente nos hacen felices.
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La realidad de la felicidad
Lo que te permite estar en tu centro, aunque ello suponga lanzarse en paracaídas o tomar té pensando en que tienes que limpiar los cristales de las ventanas.
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Las personas infatigables.
O, por qué algunas personas no se cansan nunca de intentar conseguir que los demás les hagan el trabajo sucio.
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Gallos y pibones
Después de publicar mis aventuras con los gallos en el pueblo, los auténticos, los del kikirikiii, ya sabéis, me hicieron un comentario que me ha inspirado para esta semana: “Pensaba que ibas a hablar de los gallos-plastas que aparecen en los pueblos cuando llega alguien nuevo”. Temazo. Porque a ver, quién no ha veraneado en…
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Mi vida con un gallo o tres.
Llevo años queriendo vivir en un pueblo. Toda la vida no, pero seguramente la mitad de ella. Aquello de la paz y tranquilidad rural… A ver, que yo soy de pueblo, pero es que mi “pueblín” cuando era pequeña tenía más de cincuenta mil habitantes y cuando me fui rondaba los veintisiete mil…. Vamos, que…
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La maldita página en blanco.
Página en blanco. Hay días que miras la página en blanco y no se te ocurre nada, cero patatero. Me da igual si lo que quieres es pintar, escribir o hacer una reclamación a Hacienda. Nada, encefalograma plano, sólo te queda babear y decir gu-gú ta-ta. Na, vacío total. Me pasa mucho (lo de la…
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O te conectas o la cagas. Tal cual.
Para variar, tenía preparada una cosa y al final, otra que se publica. Pero como le oí una vez al Robe (Iniesta) “me gusta cambiar de opinión”. Ya se publicará. Pero hoy quiero hablar de la DESCONEXIÓN. Si estáis pensando en que voy a hablar de algún viaje al Tibet sin cobertura móvil, andáis peor…
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Si quieres ser una sardina, no leas más
La semana pasada anduve yo despistada. Podría echarle la culpa a las visitas, a los gatos o hasta al eclipse del viernes, pero la verdad es que la única despistada fui yo. Tal cual. Estuve por el monte, sí. Tomé alguna que otra cervecita con los amiguis y me reí mucho, también. Perdí el tiempo…