¿Ya ha pasado una semana? Esto del tiempo es un no parar.
¿Qué sólo quedan cinco días para que acabe el año?
Madre mía, madre mía.
Ya me imagino a todo el mundo con sus propósitos de año nuevo, con lo fácil que es disfrutar de enero y dejarse de mandangas.
Que no digo yo que no haya que proponerse metas, desafíos y demases, pero que nos venimos arriba y, claro, para febrero desinflados.
Creo que cada uno tiene que encontrar su forma.
Mi padre dijo un día cualquiera, no fumo más y estuvo más de 20 años sin fumar.
Otro día dijo, vuelvo a fumar y empezó como si nada.
Cero importancia, 100% compromiso.
Yo ahora me he propuesto comer fruta, fruta de lo que conocemos como fruta.
Es muy temprano por la mañana y os prometo que no he bebido nada (aún).
Me explico, que me gusta mucho explicarme.
Habitualmente, yo como tomate y aguacate y son frutas.
Sí, sí, lo son.
Pero manzanas, naranjas, ciruelas, etc. Pues que me da una pereza bárbara y no como nunca. Hasta ahora.
Ahora como todos los días.
Y nada de obligarme a comer dos piezas o cuatro si son pequeñas.
Como fruta. Que hoy me apetece más, pues más. Que hoy se me ha olvidado y son las 22:00 pues algo pequeño y rápido para no fallar.
Porque lo importante es hacerlo, cumplirlo, interiorizarlo y al lío.
Pues con la tontería, ya llevo 15 días sin fallar.
Ahora que me doy cuenta, yo no quería hablar de este tema, pero ya que estoy pues sigo.
Yo creo que hemos generalizado el tema de propósitos, metas, organización y todo eso.
Y, si no hay dos personas iguales, ¿por qué deberíamos hacer todos lo mismo?
Es que no sé quién, que es un gurú de la organización, dice que lo haga así. Pues vale, pero ¿y si a ti no te sirve ni un carajo?
Una vez leí por ahí, que la fuerza de voluntad es un músculo que hay que entrenar y cuánta razón.
Pongo un ejemplo.
A partir del 1 de enero voy al gimnasio, para el verano voy a estar en plena forma, voy a lucir abdominales en primera línea de playa.
Mentira, mentira y mentira las tres.
El 1 de enero no vas a ir al gimnasio, ni el 2 porque aún te va a durar el empacho y la resaca, el 3 es para las compras de Reyes, así que para ir el 4 mejor lo dejamos para el 7… El 7 no vas porque es domingo, el 8 tampoco porque vas a ir a devolver los regalos de Reyes…
Estamos a 15, para qué voy a pagar ya si sólo queda medio mes. Empiezo el 1 de febrero…
Ains cómo somos los humanos y nuestro sofá.
Y digo yo, ¿no sería más fácil comprometerse con moverse más e ir subiendo el nivel?
Veamos cómo cambia.
A partir del 1 de enero me muevo más. Así que decides bajar andando las escaleras y subirlas.
¿Vives en el noveno y para el tercero te quieres morir? ¿Qué crees haber visto tu hígado lanzarse por el hueco de las escaleras? No pasa nada, llamas al ascensor y listo.
Que otro día llegas al segundo, ah no, si el día de Año Nuevo llegué al tercero hoy no va a ser menos.
Y tachán, ya estás motivado para hacerlo todos los días.
Y claro, si lo haces todos los días, para verano llegas al noveno sin perder los pulmones por el camino.
Y no sólo eso, si lo haces todos los días, el cuerpo se pica y te pide más.
Es un cabr**n, bueno la mente.
Lo mismo te deja en el sofá como una ameba que te hacer correr una maratón.
Cuidadín.
Esto es un ejemplo, pero tú ya me entiendes por dónde voy.
Uy lo que me he enrollado hoy, nada, nada, lo dejo aquí y ya si eso la semana que viene sigo hablando del tema, o no.
Chaíto.
Una respuesta a “De ameba a correr una maratón”
Cuanta razón tienes… y me iba a poner a plan en septiembre… pero entre una disculpa y la siguiente…