Esta semana, he descubierto que en invierno me convierto en una lagartija yonki, es ver un rayo de sol y allí que me planto.
Bueno, no sé si una lagartija yonki o una abuela con déficit. A saber.
El caso es que llevo unos días la mar de a gustito suspirando por una caló inexistente.
Oye Ainhoa, pero tú no querías ir al calorsito, al sur.
Sí, hasta que estuve una semana a 40 grados a la sombra.
A partir de ahí, mejor un fresquito moderado con sol.
Os estaréis preguntando a qué viene todo esto, pues paciencia, que estoy yendo.
Sí señor.
Estos días, he estado viendo documentales sobre la historia de la Tierra, repito, de la Tierra, no de nosotros que acabamos de llegar.
Ha sido muy instructivo.
Ahora hace frío, ahora calor, ahora me cargo casi todo lo que está vivo, ahora me saco nuevas especies de la manga.
Ozú la Tierra como se las gasta.
Pues resulta que nosotros, en apenas dos siglos, le hemos dado un calentón al planeta que ni ella misma en millones de años.
Porque a ver, la humanidad otra cosa no, pero eficiente, un rato.
Que hay que cargarse un planeta, pues no lo cargamos.
Espera, que nos gusta el planeta y ahora queremos salvarlo, pues lo salvamos.
Menos mal.
Me quedo más tranquila.
La cosa es que, mientras me bebo una cervecita al sol, ando yo pensando, porque yo soy mucho de pensar.
Que los que andan informando sobre el cambio climático, no tienen ni pu** idea de marketing.
Pero ni idea.
A ver, un ejemplo.
Allá que voy.
Si a ti, común de los mortales, te digo que, para hacer una camiseta de algodón, valga 3€ o 300€, se necesitan unos 2700 litros de agua, lo primero que piensas es que, mientras no te tengas que duchar con Coca-Cola, te la trae al pairo.
Pero, si a ti, común de los mortales, te digo que, para hacer cada una de tus camisetas (sí, sí, cada una) se han dejado de fabricar una media de 675 litros de cerveza, ¿eh? Entonces qué pensarías ¿eh?

Venga, te dejo ir al armario y empezar a multiplicar…
…
Sí, las que ya no te entran y guardas por si un día te valen también cuentan.
Y ahora multiplica por 8.000 millones de habitantes.
Que sí, que algunos sólo tienen una y no beben cerveza, pero otros tienen más que Zara en sus almacenes y beben cerveza por camiones…
La media es una opción como cualquier otra.
Ya puedes dejar de hiperventilar.
Sobre lo que está hecho, ya no hay remedio.
Ahora imagina esa campaña de publicidad con el logo de Greenpeace.
A mí me da que tendría más éxito, teniendo en cuenta que, la mayoría, sólo actúa cuando le duele.
Yo lo veo, igual es porque la cerveza está fría y el sol de invierno me ha calentado las neuronas.
Pero lo veo.
Voy a abrirme otra mientras sigo meditando sobre el tema.
Chaíto.