Exacto, como dice el título de esta entrada, hoy estamos cerrados por reformas.

Por un lado, estoy dándole vueltas a cómo aprovechar mi estilo desenfadado de teclear, para dar un contenido con más sustancia.

¿Os acordáis del día que para hablar del consumo de agua en la industria textil, os hablé de las cervezas que se dejan de fabricar por cada una de las camisetas que tenéis en el armario?

Bueno, pues un poco así.

Aquí si no sabéis de que os hablo.

Pero que no cunda el pánico ¿eh? Mi Cuaderno de Bitácora con mis aventuras pasadas, presentes y futuras seguirá al pie del cañón. 

Vamos, os voy a privar yo de mis tonterías y tontuneces. ¡Jamás!

Por otro lado, estoy en pleno desembalaje de ¡CAJAS! **cuando leáis cajas por favor que suene como cuando el Conde Draco contaba UNOOOO.

Ha sido como recibir un pedido gigante online, pero de verdad que no os lo recomiendo.

Ahora mismo tengo la espalda que parezco el cayado de Gandalf con rizos y, de vez en cuando, estornudo tantas veces seguidas que si me pongo en medio de un parque eólico los molinos cogen vuelo… Chim Pum.

Pero los detalles los dejo para cuando termine, que aún me queda.

En fin.

Nos seguiremos viendo martes y viernes de forma virtual, pero por hoy he terminado.

Ya sabéis, cerrado por reformas.

Chaíto.