Días tranquilos en el pueblo


Que sí, que sí, que hoy tocan viajes y experiencias varias, pero no me apetece. Y eso que he andado de parranda ¿eh? ¡No os vayáis a creer!

Prometí darle gusto a mi yo viajero y no he fallado.

Pero, no sé si será porque ha vuelto la lluvia y el frío, pues que no me lo pide el cuerpo y, como yo sé que lo que os gusta es el chascarrillo (de mis andanzas por el medio rural, sobre todo, que os conozco) pues he dicho, voy a contarles alguna cosilla divertida que me haya pasado en los últimos tiempos.

Y aquí estoy, pensando…

Y pensando…

A ver, seguramente algo me habrá pasado, porque ya sabéis que a mí siempre es de pasarme cosas.

Ahora mismo, sin ir más lejos, mi gata-Señora (porque ella es toda una señora de siete meses) quería entrar en casa con su juguete nuevo, que para eso llueve en la calle… 

Soy una señora y hago lo que me da la gana. Y el ratón era mío.

Ningún problema, si no fuera porque el juguete era un ratoncín muerto. Caput, tieso, fiambre.

Ella queriendo entrar. Yo explicándole que, o dejaba el ratón fuera o no entraba. Ella ratón en boca, yo que suelta y déjalo fuera. Ella que no, que entro, quita del medio que me estoy mojando; yo, que me da igual, que el ratón no entra. Ella que sí, yo que no. 

El ratón al contenedor y ella maullando enfadadísima.

Da igual, la otra gata tenía otro y ahí le andan jugando, pero en el prado. A mí que me dejen la casa en paz.

Que a mí los ratoncines me parecen monísimos, peeero, los gatos más y oye, que yo con la naturaleza no me meto, ella sabrá, que es mucho más sabia que yo. 

El otro día me avisaban, en primavera salen por aquí unos lagartos sin patas que parecen culebras y a los gatos les encanta cazarlos. Lución se llaman.

Perdonaaaaaaa

Sí, sí, y no sólo eso, sino que los suelen dejar vivos.

Perdonaaaaaaa

Te aviso por si te meten alguno en casa.

Perdonaaaaaa

Que parecen culebras, pero que son lagartos, son inofensivos, como mucho te muerden.

Perdonaaaaaa.

A mí me da algo. 

Yo voy por la casa tan relajada y veo algo arrastrándose por el rabillo del ojo y me da un patatús

Dicho queda.

Si un día no publico, ya sabéis, estoy patas arriba en mitad del pasillo.

Pongo foto del bicho, que no se diga que no sufrís conmigo.

Patatús que me da por mucho que sea inofensivo. En el campo bien, en casa mal. Tengo que hablar seriamente con las gatas. La fotico es de AQUÍ

Pero, por lo demás, pues oye, que no me viene nada especial a la cabeza en este momento.

No, nada.

Todo muy tranquilo.

Las gallinas bien. Tienen un chico nuevo en el gallinero y oye, no sé si será por el cambio o por mis cuidados (ayer comieron brocolí), que están todo el día poniendo huevos.

Venga huevos. 

Y venga cococoooo y más huevos. 

Menos mal que son gallinas felices (ni una risotada, los zorros también tienen derecho a comer) y ponen huevitos pequeños, si no, pobre culete de gallina. Me veo dándoles Hemoal una a una…

Y así pasan los días del invierno.

De lo más tranquilo.

Dicen que va a volver a nevar, ya os contaré.

Aunque ahora soy profesional de la pala, aquí por si os lo habéis perdido.

Chaíto.

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