Para variar, tenía preparada una cosa y al final, otra que se publica. Pero como le oí una vez al Robe (Iniesta) “me gusta cambiar de opinión”.
Ya se publicará. Pero hoy quiero hablar de la DESCONEXIÓN.
Si estáis pensando en que voy a hablar de algún viaje al Tibet sin cobertura móvil, andáis peor que yo.
Así que ¿de qué coño quiero hablar? Pues al botón de apagado al que nuestra mente le encanta acudir cuando ve que pierde la partida.
Sí, sí. Ese momento en que te desconecta de la realidad y tú ahí, embobado, pensando que bueno, que ya si eso mañana, que igual se arregla sólo, o que este año sí o sí te toca la lotería y ya lo haces.
Oh yeah….
Mientras, la vida va pasando y un día zas, infarto y a otra cosa.
Y no, no me voy a meter en si hay más vidas o no, o si mi alma volará libre como un pajarillo en primavera.
Ahora mismo, sólo tengo esta vida que, por cierto, tiene fecha de caducidad.
¡Qué melodramática te pones, Ainhoa!
No es drama, es la pu** realidad. Nadie se va a quedar aquí para ver como el sol se transforme en una supernova.
Creo que eso lo sabemos todos.
Pero, si todos sabemos que tenemos los días contados ¿por qué no hacemos nada? Pues porque la mente ha pulsado el botón del pánico y nos ha desconectado.
Nos ha creado una realidad virtual en la que mañana fijo que lo hago, seguro que se arregla sólo o la culpa es de X que no me deja el dinero para, pero este año me toca la lotería y se van a enterar.
Ejem.
Y un cuerno de Unicornio.
Así que, una de dos, o sigues viviendo una vida de mierda o te pones al lío y vuelves a conectarte.
Y sí, conectarse es una caca porque descubres que nadie tiene la culpa, que nadie va a venir a rescatarte y que las posibilidades de que te toque la lotería son más bien ínfimas.
Conectarse requiere esfuerzo, tiempo y compromiso.
Conectarse es una guerra directa con la mente y por el control.
Conectarse es perder mil batallas para ganar la maldita guerra.
Pero una vez que vuelves a la realidad todo cambia porque, por fin ACTÚAS, por fin HACES, por fin VIVES.
Ale, que por hoy ya me he puesto bastante intensa.
Chaíto.
Una respuesta a “O te conectas o la cagas. Tal cual.”
Estoy interesada en seguir las publicaciones de Ainhoa.